LA BANCA (RELATO)

 En una comunidad de Venezuela llamada Sábana e’ Guache un pueblito muy guardao en el centro del país, el viejito Porfirio un sembrador de café que el buen tiempo y guiado por las cabañuelas le depararon una buena cosecha  e’ café, tan buena fue que los churupos  no le cabían en la faldisquera, decidió buscar una chirgua y chumbulum enterrarla en el amanecer al pie de un zaguán.
Se disponía enterrarlo cuando en ese momento:
        Le apareció un ánima, que a pesar del susto el viejo Porfirio logra darse cuenta que se trataba de su abuelo Anastasio, quien le dice:                            
-¡Porfirio mijo, no cometáis el mismo error que yo, ándate a la ciudad y preguntáis  por ahí que hay una casa disque guardan plata, allá te dan un cuadernito pequeñito que le arrancan las hojitas, le ponen unos numeritos y pagáis lo que debáis con esas mismas hojitas!,
-¡En vez de carga los churupos del timbo al tambo que te rompan la faldisquera, o los amigos de lo ajeno te lo lleven y te dejen mirando lejos, ándate y lo guardáis allá y dejáis de escarbar ahí!
Porfirio a pesar del susto alcanza a preguntar:
¡A Dios caray viejo! ¿Volviste del más allá pa’ sólo decirme eso…? yo no voy pa’ la ciudad a sólo perder el tiempo, yo lo que necesito es real pa’ meterle a mi conuco adentro.
… y el ánima de Anastasio le respondió:                             
-¡Porfirio, mijo, no seáis porfiao! allá podéis conseguir los reales pa’ la siembra y lo que tenéis que vender es una cuartilla e café y en el correr del año te dan un papel llamao pagaré, mirá mi muchachito, cuando tu hija Petrica crezca puede pedir unos realitos pa’ hacer su propia casita de bahareque y después la paga en muuuuuuchos años.
-¡Mirá  haceme caso cimborro y te vas pa’ la ciudad  y me hacéis el favor de sacar mi chirgua que está en el pié del mamón de atrás del conuco y así me ayudáis a descansar en Paz.

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